martes, julio 27, 2004

El pasado nos vuelve a pasar

Es indispensable hacer el análisis de rigor. Esto no son enchiladas. Hay que entender a fondo los mecanismos que rigen la sociedad antes de emitir juicios a lo tonto.

En el único diario "grande" de México que sigue siendo de libre acceso y gratuito se puede revisar la enorme cantidad de reacciones que generó la noticia de que los responsables políticos de la matanza conocida como "el halconazo" en 1971 en México no serían juzgados puesto que sus delitos, si los hubo, prescribieron hace 3 años. Sí, las leyes en México señalan una pena de 20 a 40 años por genocidio, y existe una ley de prescribilidad de los delitos. Si ha transcurrido más tiempo de "la media" (el punto medio entre la pena mínima y máxima posible) de la pena convencional con la que se castiga dicho delito, el delito ya no pude juzgarse. Si tienen dudas respecto al porqué de esta ley y de porqué las penas al genocidio son relativamente breves, por favor diríjanse con este, este y este otro abogados, yo soy albañil.

Y así como se puede ver que todo mundo opinó antes, durante y después del proceso del juez al respecto de dicho caso, se podrá saber que hay mucha información política, pero cero, cero absoluto de información específica. No se sabe, específicamente, las razones por las que el Juez no obsequió las órdenes de arresto correspondientes. Yo, consultando con un blog-abogado, obtuve información de que, si como parece, la acusación fue desestimada por prescripción, sí había elementos que podrían ser constitutivos de delito. Es decir, había pruebas suficientes como para iniciar una investigación. Pero no hay información fidedigna al respecto. Nuestro sistema de información pública es patéticamente oscuro y cualquier posibilidad de juicio racional es nula, al no tener la información mínima requerida.

Por otro lado, también pudo ser que el juez no encontrara elementos constitutivos del delito que el fiscal estaba solicitando. El genocidio es una palabra muy fuerte que, creo yo, ha sido empleada con demasiado dramatismo en estos sucesos. Represión, matanza, quizá son palabras que se ajusten mejor. Hablar de genocidio en esos casos, en los mexicanos, me suena un poco (así me suena, diría Mantequilla)  irrespetuoso a los grandes holocaustos históricos: los nazis, los gulag, incluso los de Argentina y Chile, verdaderas masacres masivas. La represión selectiva, igual de condenable pero quizá algo menos salvaje (o qué sé yo, sé que no son iguales) debería tipificarse como otro tipo de delito. Terrorismo de Estado, le llaman algunos. Quizá eso. Eso me suena más aproximado. Pero eso no lo podemos saber, no podemos saber cómo fue que el juez desestimó los requerimientos de la fiscalía.

¿Qué pasa?, ¿Porqué no demandamos esa información, la única importante, en lugar de hacer juicios a lo menso? Bueno, pues eso hago, queremos esa información. Queremos entender y saber si el Fiscal es un idiota o Echeverría es un pillo con mucha suerte o si nos estamos orinando fuera de la bacinica. Que no nos vuelva a pasar, que sepamos qué pasó, y porqué pasó, para que no nos vuelva a pasar.

El primer verano del resto de su vida

Aunque acaba de terminar su cuarto año escolar (sí, ya el cuarto) Jimena está pasando por su primer verano, propiamente dicho. Las vacaciones anteriores, las del kinder, eran apenas unos días más en los que no iba a la escuela. A pesar de tener una disciplina muy relajada, este primer año de primaria fue ya, propiamente, un trabajo escolarizado.

Quizá esa falta de disciplina es la que la tiene así, desorientada. Cierto que está en el divertidísimo curso de verano que Edith está haciendo en el changarro y que incluso algunos de sus compañeros de escuela son sus partners in crime en el curso, pero no es lo mismo. Ahora que se debate la Reforma Educativa (como tantas otras reformas) se habla del poquísimo trabajo escolar que se hace en México. Los niños van 4.5 horas diarias a la escuela primaria, en tanto que niños en Argentina, Chile y Brasil andan en 6 y hasta 8 horas!.  Jime, afortunadamente, por lo menos dedica 6 horas a su escuela.

Ya no se trata, creo yo, de la ñoñez (palabra en franco desuso, según Edith) de querer seguir en clases cuando es época vacacional. Se trata del cambio de ritmo. De la percepción de su papel como persona, como niño.

Jime tiene mucha "conciencia de género", pero no tanto en el género femenino (que sí la tiene y defiende el derecho de las niñas) como de "gremio" de "la edad". Su firma en su email es "A los niños nos encanta compartir, comparte con ellos". Sin hacer lo que un niño se supone que hace (estudiar, formarse, aprender a convivir) se siente completamente desorientada.

Seguro que unas buenas vacaciones en la playa no le caerían mal, pero de momento no se puede. Además, no creo que una semana playera resolviera ese estado de ánimo tan extraño que carga a últimas fechas. Le falta eso, ejercitar su papel, ser niña. Ayer, anoche, por primera vez en seis años, pidió dormirse ella sola. Pasa ahora demasiado tiempo con Edith. Quiso dormirse por su cuenta, sin que le leyéramos algo en lo que se queda dormida, como lo hemos hecho desde hace seis años.

Tiene el ánimo alterado, el berrinche a flor de piel. Todo la pone sensible, cualquier cosa. No se aguanta ni ella misma. Hasta parece que hablo de un adolescente de doce años y no de una niña pequeña de seis.

Otro problema que siento que ocurre es que, al estar bajo vigilancia de Edith, ha perdido algunos, varios, muchos de sus secretos, de sus otros disfraces. Ahora sabemos cómo interactúa con sus amigos. Edith me lo comenta en las noches, casi todos los días. Las poses que adopta, la forma como elige relacionarse con cada uno. A nosotros nos ayuda para saber lo que no nos platica, completamos la radiografía. Pero quizá sea demasiada intromisión.

viernes, julio 23, 2004

Things will happen while they can

Y nunca, jamás, ocurrirán antes...

Una de las razones de la germanofilia propia de la mayoría de la clase ilustrada mexicana es la admiración por la precisión teutona. Las cosas ocurren en el momento exacto en el que deben ocurrir y con calidad sobrada. Todo funciona como debe y, frecuentemente, mejor que eso. Además, como todo ocurre de acuerdo a un orden racional o, incluso supra-racional (whatever that means) tiene su explicación y, en caso de falla, también su reparación.

Aquí no. Ni en casi ninguna otra parte. Lo que los alemanes parecen alcanzar de manera natural, como si fuesen un sólo individuo, a los nipones les ha costado una tasa de suicidios sin paralelo en el Primer Mundo. Una tensión constante, un trabajo similar al de las hormigas, muy superior a sus fuerzas y basado en una autodisciplina y responsabilidad mucho mayor (y quizá psicológicamente intolerable) que el resto del mundo. Muchos países del mundo se acomplejan ante la precision germana. Quizá Suecia y Holanda no, y GB y Francia, aunque envidia sí tienen, han encontrado su forma de suplir y competir contra eso.

Pero es el benchmark, y todos se miden contra eso, Italia y España los miran "para arriba". México, que es una especie de Italia pero a lo bestia, ni se diga. Aquí las cosas ocurren mientras se puede, pero el problema es que el tiempo de ese "mientras se puede" suele ser enorme, y las cosas, gaseosas, se esperan hasta el último momento posible para ocurrir.

Yo sé que uno puede y debe incidir, trabajar para que las cosas ocurran, y que ocurran a tiempo. Pero mi genética no me ayuda. No, no es culpa de mis antepasados. Es mi responsabilidad. Pero me pesa, ayer me pesó y por eso me quebré. Las cosas buenas no han  ocurrido en el tiempo ni en la forma en la que las necesitamos. Las cosas malas, típico, aparecen justo cuando menos podemos afrontarlas. Ayer decidí que no quería resistir más. Hoy puedo volver a resistir. Eso espero...

jueves, julio 22, 2004

Dónde estás Kalimán?

Fuck!, I am on the verge of emotional breakdown...

 sí, sí, soy yo, Armando...

No soy de acero, después de todo...

 

martes, julio 20, 2004

WOMS goes briton with sombrero

General opinion's starting to make out that we live in a world of hatred and greed - but I don't see that - seems to me that love is everywhere. Igniting laughter, wreaking havoc, breaking hearts, daring commitments, forcing choices, catapulting spirits, forging inroads, creating risks-extatic, exciting, unexpected, unwelcome, inconvenient, inexplicable, inelegant, unequalled.
 
Love actually is all around
 
Así empieza esta película que se ha convertido en mi Biblia personal.  Mi afición por Britain es añeja. Me gusta su cultura popular. Sus mitos y leyendas. Mucha gente los desprecia por lo duros que fueron cuando dominaron el mundo (dureza que los gringos han sabido hacer crecer), pero eso es historia antigua y creo que bien conviene aprender a perdonar ofensas que fueron a nuestros antepasados (o en nuestro caso latinoamericano, salvo Argentina, no existió tal ofensa) y mirar lo que son los pueblos ahora. Durante una escena de esta película, disparatadísima por cierto, el Primer Ministro británico dice que los Estados Unidos ya no obtendrán todo lo que quieran de Gran Bretaña y que en adelante la relación entre los países ya no será tan automática.  Dice que puede ser que sean un país pequeño (imagínense, un "país pequeño" la otrora orgullosa Gran Bretaña), pero que también son el país de Shakespeare, de Churchill (whatever that means) y de ¡Harry Potter!
 
Sí, la cultura pop británica rulz. Los últimos 40 años han producido las mejores y más trascendentales obras del arte popular. Por eso quiero vivir en Londres, para saber qué es lo que tiene el aire británico que produce sin cesar buenos músicos. Ok, no sé si buena música, pero sí música de mi gusto.
 
La película de referencia tiene ocho o diez pequeñas historias de amor entrelazadas. La mayoría de ellas con un clímax feliz y sólo una historia de desamor. Es una demostración de la vida que da el amor, de los varios momentos en los que el amor aparece y desaparece de nuestras vidas. Desfilan por la pantalla prácticamente todo el repertorio principal del star system británico: Hugh Grant, Emma Thompson, Alan Rickman, Liam Neeson, Colin Firth y un largo etcétera. No es, de facto, una película, sino una declaración pública de la industria fílmica británica sobre una visión.  Los directores y guionistas de Bridget Jones Diary (que me gustó más o menos) y Nothing Hill (que no me gustó nothing) hicieron  esta película que trasciende el mero negocio fílmico y, de hecho, se convierte en declarativa: "Creemos en el amor del mundo, creemos que el amor lo puede salvar y, de hecho, lo salva todos los días". Obvio que no sólo el amor de pareja, sino amores que van desde lo porno hasta lo filial. Todo tipo de amor, platónico, prohibido, gozoso y terminal.  Los mismos tipos de amor, que, si se fijan, llenan la blogósfera también: DuVeth y TT, Homero y Mague, Chango y Ju, Dalusk y Don Perro, Shered y Oruga, Fab y Mozzy, y muchos otros más escondidos, algunos prohibidos, otros platónicos.
 
No es la primera vez que los trabajadores del entertainment británico comienzan una ola de este tipo: Band Aid, en 1984, completamente declarativa, catalizó la preocupación e instinto de supervivencia y se convirtió en un éxito de buenas proporciones. De dominadores del mundo, los británicos están ahora convertidos en la conciencia light de los americanos. Nada que ver con "poder tras el trono", pero sí una especie de "Campanita" de PeterPan, o Pepe Grillo de Pinocho. Pero esta declaración, espero, es aún más trascendental que el muy importante fin de acabar con la hambruna al sur del Sahara. Darnos cuenta de que construimos a partir de un estado en el que podemos darnos cuenta y meditar hasta la náusea sobre nuestra situación sentimental es una conciencia indispensable.
 
 La conciencia deviene felicidad. La desesperanza es de los que no saben mirar atrás ni adelante.


lunes, julio 19, 2004

Los viajes ilustran (Episodio II)

El papel ilustración también. También el Siglo de la Ilustración, también las monografías que nos hacían comprar en las papelerías a los que tuvimos la desgracia de ser educados en la década de los 70?s, sí, nos decían que debíamos "ilustrar" nuestros apuntes con ellas.
 
El viaje a Estados Unidos a capacitación me ha sido siempre muy rutinario. Hoteles y oficinas en suburbios amplios, ascépticos. Grandes excursiones de muchas millas, gran parte de ellas en vueltas equivocadas, salidas anticipadas de los freeways. Leyendo los mapas de Avis o Thrifty. Lejos del downtown, de algún lugar interesante. Que nada te turbe.
 
El hotel es frío y cómodo. Se puede cagar a gusto. Puedo conectarme tarde a Internet y dormirme mucho más tarde aún. Hay que hacer las compras, por lo menos intentarlo.
 
El primer día de manejar siempre me deja un gran dolor de cabeza. Conducir por un lugar que no se conoce o que no se ha visitado suele ser demasiado estresante. La gasolina está cara, mucho más que hace casi dos años que estuve por acá. La cena tan abundante, en cualquier all-american restaurant, precios que parecen económicos. Tanto desperdicio de comida no terminada.
 
Por muy hispanoparlante que sea (que lo es bastante) Miami es USA. Además, parece estar "contenida", "aislada" la cultura hispana. El sentimiento de alineación brinca de inmediato al intentar una interacción: "¿hablas español?" se pregunta la gente con miedo.
 
Los cursos suelen ser aburridísimos. Pocos han sido los que me tengan amarrado a la silla. Nuestra capacidad de aprendizaje es limitada, los instructores lo saben y por eso nos tratan como lo que somos, discapacitados mentales.
 
Los paseos durante la evening son los de rigor: Shopping, dinning, sightseeing. En Massachusets, California, Florida o Texas la escena y la rutina es siempre la misma. Lees el Chronicle o el Herald y te das cuenta de que sí hay vida inteligente por ahí, pero muy escondida (ok, si lees el USA Today no te enteras nunca). Es más fácil, mucho más fácil, sucumbir a las tentaciónes de las rebajas de verano. Con lo dificil que es encontrar una dirección, o llegar a ella, o volver a visitar el lugar...
 
El segundo día de curso ya sabes quién va de paseo y quién va a fingir (ojo, nadie vamos a
"aprender"). Y además añoras, extrañas la casa. Y hasta la oficina y los gritos de los clientes. Jimena y sus huesitos, Edith y sus besos. Los demonios y las tentaciones de estar fuera de casa aparecen en forma del "¿vamos a tal o cual lugar?".
 
Este viaje fue además particularmente estresante porque me tocó entablar relación con el que será mi nuevo jefe. En realidad no estoy seguro de que así vaya a ser, pero de momento, todo indica eso. El Director Comercial de amplia experiencia y exitosa trayectoria en el medio de los Call Center en México, responsable de más de 20 millones de dólares en ventas los últimos 8 años. Algo tengo que aprenderle a ese cabrón, y en algo me tiene que ayudar. Eso espero. Me urge ganar más lana. Espero que este viaje lo haya ilustrado para ayudarme. Yo ya hice mi mejor esfuerzo por caerle bien.

Aceptación

Ni hablar, lo que es parejo no es chipotudo. Oséase, perdimos bien, en toda la línea y por nuestra propia culpa ( y porque lo otros son buenos, que ni qué).  Viva México, cabrones!

miércoles, julio 14, 2004

Three souls in my mind

Como mi artritis anda avanzada, he llegado último lugar, ya ni supe donde empezó este meme, pero en un rato de ocio de los cursos, me di mi oportunidad de llenarlo:

Tres cosas que me asustan
01 | No asustarme
02 | Ser tan miedoso
03 | Mi felicidad

Tres personas que me hacen reir
01 | Jimena
02 | Edith
03 | Les Luthiers.
04 | Adam Sandler
05 | Jack Nicholson
06 | Andrés Bustamante
07 | Chorromil más

Tres cosas que me gustan
01 | Estar con Edith
02 | Estar con Jimena
03 | Estar solo

Tres cosas que no me gustan
01 | No poder tomar leche
02 | No poder comer tanto
03 | No ser millonario

Tres cosas que no entiendo
01 | Porqué soy tan mamón de pensar que todo lo entiendo
02 | Porqué soy tan chingón por entenderlo todo
03 | La teoría de las supercuerdas

Tres cosas en mi escritorio
01 | Taza de café
02 | Arrobas de fotos
03 | Un DESMADRE

Tres cosas que estoy haciendo en este momento
01 | Esperando que empiece mi curso
02 | Llegando tarde a un meme
03 | Ajustando mi reloj biológico

Tres cosas que quiero hacer antes de morir
01 | Vivir en Londres (calcado de Semidios)
02 | Dejar pagado mi funeral
03 | Ya con eso me conformo

Tres cosas que puedo hacer
01 | Rechinar mis ojos cuando me baño
02 | Hacer reír a cualquier niño
03 | Vender una idea

Tres formas de describir mi personalidad
01 | Responsable
02 | Miedoso
03 | Amoroso

Tres cosas que no puedo hacer
01 | Escuchar a Maná (ídem, calcado de Semidios)
02 | Trabajar ordenada y disciplinadamente
03 | Levantarme temprano los domingos.

Tres cosas que creo que deberías escuchar
01 | King Crimson en vivo
02 | Música africana contemporánea
03 | 7:19 de Iconoclasta (si eres chilango o viviste el temblor del 85)
04 | El Laberinto de la soledad, de Botellita de Jerez

Tres cosas que creo que NO deberías de escuchar
01 | Jaguares
02 | Rolas tipo Macarena y Mesa que más aplauda
03 | Las conferencias de prensa del Peje

Tres de las cosas que digo más
01 | Te amo
02 | ¿Porqué estás tan bonita?
03 | Hueso pink devil

Tres cosas que te gustaría aprender
01 | Música
02 | Física nuclear avanzada
03 | Astrofísica y cosmogonía avanzada

Tres bebidas que consumas regularmente
01 | Levité de Bonafont
02 | Té de sabores frutales
03 | Café

Tres programas que veías cuando eras niño.
01 | Los Thunderbirds
02 | Los Superamigos
03 | Heidi

Tres películas que recomiendes:
01 | Contact.
02 | Dolores Claiborne.
03 | JFK

Tres lugares donde hayas tenido sexo
01 | No puedo contestar eso, me lee mucha familia

Tres pasatiempos favoritos
01 | Cine
02 | Cine
03 | Comer fuera

Tres canciones que te ponen en ambiente
01 | "Sultans of Swing" de Dire Straits
02 | "The One I Love" de REM
03 | "In your eyes" de Peter Gabriel

Tres pecadillos
01 | Avaricia
02 | Envidia
03 | Soberbia

Tres logros
01 | Estabilidad emocional
02 | Amar y ser correspondido
03 | Educar a mi hija

Tres mañas
01 | Morderme las uñas
02 | Leer en el baño
03 | Llegar cinco minutos tarde


Tres aromas que disfrutes
01 | El aroma de Edith
02 | El de Pier 1 Imports
03 | Crabtree & Evelyn.


Tres títulos para la novela de tu vida
01 | Jackpot
02 | Melate
03 | El premio mayor

Silicon Playa

Cuando la revolución de las punto-com (que ahora se ve tan lejana como la hoy festejada Revolución Francesa) uno de los objetivos en la vida de cualquier ciudad decente era ser como Silicon Valley. La mítica tierra al sur de San Pancho, cuyo particular limo, como las riberas del Nilo, hacía florecer la nueva civilización. Y todos querían importar, absorber, reeditar el éxito de esa nueva Tierra Prometida. Yo llegué a Silicon Valley a finales del 2000, al final de la fiesta, ya casi empezaba la cruda.

Por razones económicas y geográficas, Miami se convirtió en el "repetidor" de la revolución puntocomera para América Latina. Un aeropuerto con buenas rutas regulares a todas las ciudades "importantes" (económicamente hablando) de Latinoamérica, lo hacían un destino ideal de comercio. Aquí se habla español. El inglés es raro, es ya territorio perdido para el anglo. Boca Ratón, 50 millas al norte, es quizá la última frontera. No hubo mezcla como con nuestros colegas tijuanos. Acá es español o nada. La capital de Latinoamérica, le dicen orgullosos sus habitantes.

No me gusta ni el título ni el lugar que escogieron como capital. No soy de los que dicen que Latinoamérica no existe. Claro que existe, me consta, vive en mi piel. Y es cierto, el aire aquí huele a "Latinoamerica Reloaded". Revistas, conversaciones, negocios, academia. La multiculturalidad latinoamericana ya es muy natural acá. Los venezolanos anti-chavistas se suman a los argentinos elitistas, a los cubanos anti-castristas, a los chilenos pinochetistas, a los colombianos anti-FARC. A los mexicanos faranduleros, sí, también. Sí, es correcto, lo más granado de la abominable derecha latinoamericana se da cita en esta ciudad que, la verdad, es fea con f de foco fundido, pero cómoda como la mayoría de lo "made in USA".

Y aquí ando, reviviendo mi particular American Dream/Nightmare/Awakening en Miami, con un calor del carajo y con un ánimo bipolar. Ese que siempre me produce la lejanía de mis princesas. No iré a la playa.

lunes, julio 12, 2004

Siglo XX Cambalache

El tango es una música extremadamente difícil de digerir. Por lo menos a mí me ha costado mucho trabajo. Pero Cambalache es un tango que me gusta bastante. En mis incursiones al Buenos Aires nocturno descubrí, con gran sorpresa, la profunda dicotomía de la nación argentina, entre el orgullo porteño y la sencillez "folclorista" (hablando musicalmente). Una de las varias naturalezas argentinas es esa división.

Cada argentino tiene algo (o mucho) de bipolar. Sueñan con ser lo que fueron (europeos, potencia mundial) y sueñan con ser lo que son (un lugar magnífico para vivir). Son un pueblo dificil, los adoras y los odias al mismo tiempo. México ha tenido una relación dificil con ellos. Los dos somos pueblos con personalidad específica, muy característica. Hay una gran comunidad argentina en México que, además, ha sido muy reacia a integrarse plenamente (como sí ha pasado con la chilena o española, por ejemplo). Son, en su mayoría, prepotentes y pesados. Pero también, superando eso (poniéndolo de lado, dándoles su avión) excelentes conversadores, amigos, etc.

El entrenador de nuestra Selección de futbol es argentino: Ricardo Antonio Lavolpe. Lleva 25 años en México y sigue hablando con marcadísimo acento argentino. Antier se le pudo partir el corazón. Nunca habíamos derrotado a Argentina en futbol en torneos oficiales y contando partidos amistosos, llevábamos 14 años sin ganarles.

Pero el siglo XXI trajo el cambalache. El tango sonó con mariachi. Por fin, el sábado, le ganamos a Argentina. Salud con tequila, guarden el fernet!

viernes, julio 09, 2004

Si te importa come torta

He estado repasando el asunto. Aunque no es el estilo, se me antoja, hoy viernes, meterme donde no chingados me llaman. Además de los ya reseñados opinantes por ahí anda ya Johnny Cooldesechable (venerable maese del photoshop y el deconstructivismo) y un tal Ander, que yo ubicaba como bróder del Chango y que si está siendo sarcástico, no entiendo mucho cómo (y no importa que yo no lo entienda, por cierto).

El chiste es que más que vestir de heroína a la muy puta "libertad de expresión" yo quiero vestir de héroe (sí, tipo Hefaistos, feo y retorcido) a los poco nombrados "huevos que se avientan netas". Si estás echando desmadre (como se puede deducir con gran certidumbre de una vieja que tiene su bolsa embarrada de vómito) y alguien te hace un comentario cotorro, puedes, o seguir el desmadre, o pedir al comentarista que no se meta donde no lo llaman. Pero gritarle imbécil y demás soeces improperios cartagineses (ojalá así hubiera sido, una demostración creativa) al comentarista es, a todas luces, señal de la petulancia y prepotencia culturosas que Manuel solía destrozar sin piedad en su blog. Y digo solía porque a últimas fechas ha estado bastante liviano (como dice Semidios, seguramente entrenando nuevas camadas de enanos). Es curioso como, al descender notoriamente el ritmo de su ferocidad, los culturosos prepotentes le lluevan del cielo. Hay misiones en la vida de cada quien que deben ser cumplidas. Si Manuel quería salirse de la mafia golpea-culturosos, no la tendrá tan fácil. Parece ser su Destino Manifiesto. Los culturosos mamones (valga la rebuznancia, puesto que no hay otros), lo perseguirán hasta el fin de sus días.

Como decano (por edad) de la Iglesia Batiana, envío mi bendición al Sumo Pontífice y le reitero nuestra lealtad sempiterna a los justos designios de Batio. El mentado mashaka no encontrará rincón seguro en la blogósfera.

miércoles, julio 07, 2004

La raíz de todos los males

La atención a la educación como origen de los males del mundo tiene relativamente poco tiempo. Junto con ello vino apenas la valorización de la infancia, de los niños. Desde la visión de JJ Rousseau de que la verdadera educación empezaba hasta la adolescencia y que los niños eran apenas criaturas sensibles (Les Luthiers dijeron que casi se les podía llamar seres humanos) hasta nuestros tiempos donde se dice (no sin razón) que "el jardín de niños es demasiado tarde" ha mediado un gran avance. La mala educación cívica es culpable de nuestra inseguridad, la mala educación científica, de nuestro atraso económico, la mala educación moral, de nuestra sociedad corrupta.

Pero debo disentir enérgicamente de esa excusa. Sí, achacar los males de nuestra sociedad a la educación (deficiente, sin duda) es sólo una excusa. Me toca presumir: En una evaluación psicométrica que me acaban de aplicar en la oficina, mi mejor resultado en estilo gerencial fue mi score en "responsabilidad". Definen responsabilidad como la probabilidad de que, estando en problemas, yo le eche la culpa a alguien más de las fallas en el trabajo. Según esa prueba, esas probabilidades son bajísimas, colocándome en el percentil más alto (97%) de la población. Sí, es un motivo para estar orgulloso.

Desde los quince años (si me apuran, desde bastante antes, pero no quiero verme tan nazi) cualquier individuo es responsable de sus actos. Sabe bien si lo que hace (secuestrar, violar, matar, ayudar a una anciana a cargar el mandado) está bien o mal. Si lo quiere ver o no, o si la psicología (y que me disculpen dos buenos colegas blogueros loqueros) los disculpa por sus trastornos de esquizofrenia, bipolaridad y mangas del chaleco similares, ese es otro boleto. Si la sociedad es compleja la mente no lo es menos, pero también es muy capaz. Hemos hecho una sociedad de demasiado confort, donde es fácil perder la responsabilidad individual y culpara nuestros padres, nuestro gobierno, nuestra historia y nuestro entorno de nuestra miseria individual.

No, no es cuestión de educación pues, resolver los "ene" problemas de nuestra sociedad. Es cuestión de tomar responsabilidad, inmediatamente, por nosotros mismos y, en la medida de lo posible, por los que estén cerca de nuestro entorno, en lo que más podamos (sea o no que nos toque). No quiero minimizar o despreciar la importancia de la educación. Al contrario, desde que estábamos embarazados de Jimena me he vuelto un "pedagogical freak" y veo índices educativos, pistas educativas, razones educativas y sentmientos educativos en cada pedazo de madera, en cada empaque de sandwich, en cada molécula del aire (contaminado, cierto) que respiramos. Entiendo que si Jimena es una niña con tales capacidades ha sido, en gran medida, por la estimulación tan efectiva a la que Edith principalmente, pero yo también un poco, la hemos expuesto. Sé que el modelo es replicable en otros niños de diferentes edades. Sé que los mejores efectos se consiguen trabajándolos desde bebés pero que nunca es tarde cuando de niñez se habla. Sé que yo expulsé mis taras mentales poco a poco durante los últimos 15 años y que hasta hace muy poco terminé de hacerlo. Sé lo que le debo a mis padres y lo que me debo a mí mismo. Lo que le debo a mi sociedad. Las oportunidades que tuve y desperdicié y las oportunidades que no conseguí. También las que no merecí. Las que no merezco ahora mismo. Eso no es dificil de saber, y es necesario. No podemos pasarnos la vida haciendo responsables a nuestros padres o nuestros maestros. Ahora mucho menos, el conocimiento está aquí, literalmente al alcance de los dedos. Una hora de internet cuesta 10 pesos en cualquier café internet uno incluso es ahora responsable de lo que puede o no saber. De intentarlo, de querer aprender a leer si de niño no pudiste.

Siempre se puede culpar a los demás, pero lo que urge es responsabilidad, nos urge ser responsables por nosotros mismos.

martes, julio 06, 2004

Proemio

El post de Lucky Star, lacónico como siempre, da en el clavo. Mientras todo mundo se rasga las vestiduras (casi justificadamente) con la omisión de la historia prehispánica en la educación secundaria, otros asuntos aún más sustantivos son borrados del inconsciente colectivo.

lunes, julio 05, 2004

El Economista

El Economista es el profesional que explicará mañana porqué hoy no sucedió lo que predijo ayer. Bueno, pues heme aquí tratando de explicar el fallo en mi pronóstico: Grecia supo ser campeón. Apostó a la debilidad en el ataque (Portugal carece de un "killer" del área al estilo Van Nistelrooy o Makaay) y a la confianza excesiva, sobrada de sus rivales. Supo ganar, y supo ser campeón. Portugal, oh perogrullada, justo perdió por eso, por no saber ser campeón. Recuperó, armó, llegó, pero nunca supo/quiso/pudo liquidar a los griegos. Honor al campeón, no he visto un equipo que defienda mejor, y que tenga mayor disciplina táctica. Siempre eran dos contra uno o hasta cuatro contra uno, no corrían riesgos. Nueva Italia, nuevo catenaccio, Grecia puede poner de moda un estilo de futbol que no gusta, pero es campeón. El problema del futbol europeo será al enfrentarse a la magia de Ronaldinho. Ayer Figo se les escapó una vez a una marca de cuatro griegos. Eso siempre puede pasar, y quedarán a merced del genio. Y si se recuerda que Ronaldinho tiene a Ronaldo... En fin, ya estoy haciendo cuentas alegres para Alemania 2006 siendo que acabo de fallar rotundamente en mi pronóstico. Felicidades a Grecia.

sábado, julio 03, 2004

¿Somos todos tan necios?

Cuando veo los gestos de AMLO no puedo evitar pensar en mi padre. Esas cosas suelen no decirse por incorrección política pero puesto que yo de ahí vengo no me da pudor ni recato decirlo: Son gestos de señores con origen humilde a los que su esfuerzo y la suerte los puso en mejor lugar de donde vienen. Su forma de ser, testaruda, tosuda, necia, es otra característica típica, muy identificable.

AMLO estuvo en CNI Noticias, el noticiero televisivo más marginal de la TV mexicana el pasado jueves. Está convencido de cuál debe ser su estrategia: La confrontación contra sus "adversarios políticos". Insiste en sus modos de lenguaje aunque seguido, en sus diarias conferencias de prensa, su subconsciente lo traiciona y usa el despectivo "pirrurris" para referirse a sus antagonistas políticos del PAN. Insiste en la presencia de Carlos Salinas de Gortari en el origen de todos sus problemas políticos.

Se dijo que eligió dicho noticiero por lo cómodo que le resulta (los otros dos le son completamente hostiles). Si eso es "cómodo" no quiero ver lo incómodo. Ciro Gómez Leyva lo hizo caer en el mayor ridículo posible haciéndolo afirmar (mediante sencillas preguntas de sentido común), que él no le debe una disculpa a nadie porque él no ofendió a nadie. Su terquedad, obstinación, necedad, me resulta ofensiva.

Más allá de la norma de etiqueta (o pleito infantil) de si nos sacó la lengua a los marchistas o no, me preocupa su visión tan aferrada (y errónea) de que la causa de la delincuencia es la injusticia social que prevalece en México. No, eso no es cierto y ya la narración del Chango 100 se encargó de aportar elementos valiosos a esa discusión desde una perspectiva de psicología social. En lo mismo ha insistido Semidios. No es que yo esté en desacuerdo, pero insisto que se puede hacer mucho más en lo que esperamos a que Jimena, Felipe, Andrés, Gael, Carlos, Emilio, el Subcomandante y Sofía, el Marciano Favorito y la Chica Superpoderosa, Marianita y demás infantes referidos por la blogósfera y su generación sean diferentes por la educación que nosotros les demos. No, hay muchas cosas que podemos ir haciendo desde ahora, sin esperar que los diputahuevones muevan el culo, para participar, presionar a las autoridades y organizarnos mejor nosotros mismos. La marcha ayudó a poner el tema en cadena nacional el pasado jueves. AMLO insiste que él tiene su plan y está trabajando conforme a ese plan y que, según él, le está dando resultados. Oídos sordos a nuevas (muchas buenas) ideas, él posee la solución, absoluta, perfecta, indiscutible. Sólo él y su visión (tan reduccionista como la de esos que piden sólo se aplique mano dura o, peor aún, pena de muerte) tienen cabida. Cualquier otra forma de participación está vedada.